COMUNICACIÓN ORGANIZACIONAL. NUEVOS RETOS EN EL TELETRABAJO




La dinámica de las relaciones laborales e interpersonales en toda organización suponen un desafío particular para los responsables de su conducción, en la actualidad directivos y gerentes asumen el desafío de gestionar equipos de trabajo con colaboradores más comprometidos e integrados, algo que es posible en gran medida gracias a una adecuada comunicación interna que fortalezca la cultura y mejore el clima organizacional.

Referirnos a una comunicación adecuada, que se enfoque en lo que ocurre dentro de la organización, representa dedicar nuestra atención al cliente interno y a la mejora continua de su desempeño a partir, por ejemplo, del adecuado flujo de información hacia él, de propiciar mejores relaciones entre los trabajadores y la organización, de fortalecer su identificación e involucramiento con los objetivos, así como su sentido de pertenencia.

Todo comunica, todos comunican en una organización. Según el autor Stephen Robbins, el término comunicación organizacional se refiere al flujo de información que se presenta dentro de la organización; sin embargo, la comunicación organizacional es mucho más que intercambio de informaciones o datos, ya que contempla establecer dinámicas de cooperación, coordinación y entendimiento para alcanzar los objetivos, es decir, sirve para gestionar la organización y la integración de sus elementos, con un impacto positivo en la calidad y productividad en el trabajo.

En el libro “Gestión de la Comunicación Interna de las organizaciones” de la autora Marisa del Pozo Lite se señala: “En una cultura empresarial donde los términos ‘competitividad’, ‘eficacia’ y ‘beneficio’ son la pauta de cada día, el valor de la comunicación interna puede tener aparentemente poca importancia, pero si somos conscientes de que las participaciones de los trabajadores en los procesos de gestión empresarial pueden propiciar un cambio de actitud en el trabajo, nos daremos cuenta de la rentabilidad y eficacia de la comunicación interna”.

Lograr una mejor comunicación es un reto significativo en la actualidad para los directivos en las empresas, instituciones públicas, el gobierno y la sociedad en general; algo que en la coyuntura generada por la pandemia del COVID – 19 se torna un tema aún más delicado. La denominada “nueva normalidad” pone de manifiesto la importancia de la planificación y gestión de la comunicación interna en el contexto del teletrabajo.

En el estudio elaborado por el investigador Jürgen Weller, consultor de la Unidad de Estudios del Empleo de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL, en el que se analiza la incertidumbre sobre el impacto en la productividad laboral, se señala lo siguiente: “Las medidas de contención del COVID-19 afectan marcadamente tanto al producto y al empleo como a la productividad laboral media. La magnitud del impacto dependerá, en buena parte, de la estructura del mercado laboral” Más adelante en este estudio se hace referencia al contexto, “Por otra parte, la crisis sanitaria podría incidir una aceleración de la introducción de tecnologías digitales y la adaptación correspondiente de los procesos productivos y de las competencias de los trabajadores. En consecuencia, el impacto de la crisis del COVID-19 en la productividad laboral en el mediano plazo es incierto”

En esta marcada incertidumbre para el clima organizacional y desempeño laboral, es fundamental volver nuestra mirada a la comunicación como una de las herramientas estratégicas más valiosas para el management en una, cada vez más consolidada, sociedad de la información y el conocimiento; y donde el intangible “comunicación” es cada vez mayor, frente a fenómenos como la infodemia, infoxicación digital y fakenews que se originan por la abrumadora cantidad de datos y contenidos en Internet que nos saturan y desorientan.

Analicemos nuestro nuevo día a día, desde el inicio del prologando confinamiento por la Covid-19, qué cambios son los más significativos en nuestra vida laboral. Hace dos semanas me enteré que una compañera de trabajo, Isabel, enfermó a causa del virus, lo supe al leer un mensaje de whatsapp en un grupo de compañeros de la empresa, también supe que contaba con el apoyo de la empresa; los siguientes días no dejé de pensar en las razones de su contagio, porque Isabel siempre me pareció una persona muy cuidadosa, diría que hasta exageradamente precavida, pero nadie está libre del peligro de contagiarse.

Han pasado tres días y no sé nada de mi compañera Isabel, de su recuperación; no siento la confianza para consultar, ni siquiera a través de un mensaje de whatsapp; estoy por llamar a Héctor, que labora en su área y con quien tengo una mayor confianza, en ese instante me interrumpe mi hijo Bruno para pedirme lo ayude con un archivo que no puede cargar en el buzón de tarea de su clase de tercero de primaria; son las ocho de la noche, estoy tomando un café y me doy cuenta que ha pasado otro día sin saber del estado de salud de mi compañera de trabajo; lo sé, porque mi esposa me pregunta qué novedades en el trabajo, solo atino a responder, todo bien, creo.

El teletrabajo y la virtualidad de nuestras labores nos ha restado mucho de eso que nos hacía productivos, estar integrados. Porque la comunicación interna no consiste en medios o canales para comunicar, sino en acciones, interacciones y prácticas cotidianas de personas visibles, cercanas y unidas por una sólida cultura organizacional. Debemos apuntar a recuperar y fortalecer eso.

En el artículo “La reinvención de la comunicación interna en tiempos de pandemia” elaborado por la empresa Videnza Consultores, una firma especializada en la identificación y análisis de problemas sociales y económicos, y publicado el 17 de julio del 2020 en el Diario Gestión se plantea lo siguiente: “La comunicación corporativa, que antes del COVID-19 era vista como un soporte para el resto de la organización, se viene consolidando como uno de los actores principales en esta pandemia. Este reajuste debe ser priorizado para generar una comunicación empática, oportuna y apropiada”.

Adicionalmente, la publicación hace referencia a la tarea por parte de los directivos de orientar correctamente la comunicación a los clientes internos: “Bien dirigida, esta contribuye –La comunicación- a minimizar la probable resistencia a la nueva rutina y a impulsar el compromiso de los colaboradores. Son ellos los auténticos transformadores y constructores de la reputación de una organización, puesto que gozan de mucha mayor legitimidad y capacidad de influencia en los valores asociados a una marca o empresa”.

Finalmente, son los líderes y los generadores de influencia positiva dentro de una organización los actores fundamentales para consolidar ese clima organizacional que motive a sus seguidores, que renueve en ellos su compromiso con los grandes objetivos y los sensibilice en la tarea permanente del cambio organizacional, más en tiempos complejos como los actuales.

Un estilo de dirección marcado por un liderazgo abierto, facilitará un diálogo permanente y horizontal, a través de canales formales e informales, favoreciendo la eficacia de la comunicación interna que permite acercarnos, escucharnos, valorarnos y consolidar el equipo de trabajo. El contexto insólito que nos toca afrontar a las sociedades, organizaciones y ciudadanos nos obliga a redoblar los esfuerzos de comunicación y especialmente de comunicación interna, que permite diseñar estrategias integrales que involucren a todos los colaboradores y no solo a los Dircom en las empresas. Porque una buena comunicación interna, es la herramienta aliada en tiempos de teletrabajo.

Me permito compartir algunas recomendaciones desde la práctica de la comunicación en las organizaciones, es el momento de escuchar más para comprender mejor, esto ayudará a superar la falta de contacto personal. Es fundamental alinear las áreas de recursos humanos y de tecnología con el objeto de pensar en los desafíos que hemos revisado y no solo en horarios o registros de asistencia a trabajar; finalmente, es oportuno generar contenidos de valor que aporten a nuestra organización con un enfoque en las personas. Este es el momento de estar al lado de nuestros colaboradores, para que cuando todo esto pase, ellos sepan de qué lado estar siempre.

MBA Chrístopher Acevedo Velazco

Docente ISTP John Von Neumann

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